La diabetes es una enfermedad muy común, especialmente en personas mayores. A medida que pasan los años, el cuerpo cambia, y también lo hace la manera en que procesa el azúcar en la sangre. Por eso, es importante estar bien informados y saber cómo actuar para mantener la salud y la calidad de vida.
En este artículo te explicamos qué es la diabetes en personas mayores, cuáles son sus riesgos y, sobre todo, qué hábitos pueden ayudar a controlarla y vivir con tranquilidad.
¿Qué es la diabetes y por qué es tan común en la tercera edad?
La diabetes es una enfermedad que afecta la forma en que el cuerpo utiliza la glucosa, que es el azúcar que obtenemos de los alimentos. Cuando una persona tiene diabetes, su cuerpo no produce suficiente insulina o no la usa bien, lo que hace que los niveles de azúcar en la sangre se mantengan demasiado altos.
En las personas mayores, esto es más común porque:
- El metabolismo es más lento.
- El páncreas produce menos insulina con el tiempo.
- Hay menos actividad física.
- Se pueden tener otros problemas de salud que afectan el control del azúcar.
Se calcula que más del 25% de las personas mayores de 65 años tienen diabetes tipo 2, y muchas ni siquiera lo saben.
Síntomas
Algunos de los síntomas más comunes son:
- Ganas de orinar con frecuencia.
- Mucha sed.
- Cansancio o debilidad.
- Visión borrosa.
- Pérdida de peso sin razón aparente.
- Heridas que tardan en curar.
En algunos casos los síntomas no son tan evidentes. Incluso pueden confundirse con signos normales del envejecimiento, por eso es fundamental hacerse controles médicos regulares.
¿Qué riesgos tiene la diabetes en la tercera edad?
La diabetes mal controlada puede causar varios problemas de salud, como:
- Daños en la vista (retinopatía diabética)
- Problemas renales.
- Úlceras en los pies o infecciones.
- Problemas cardíacos y circulatorios.
- Mayor riesgo de caídas por mareos o visión borrosa.
Además, también puede afectar el estado de ánimo, provocando tristeza, ansiedad o dificultad para concentrarse.
Por eso es muy importante llevar un buen control, con la ayuda del médico, cuidadores y la familia.
Cómo controlar la diabetes: hábitos y cuidados
Aunque la diabetes no tiene cura, sí se puede controlar muy bien con unos cuantos cambios en el estilo de vida. Aquí te dejamos algunas recomendaciones prácticas para el día a día:
Alimentación saludable y equilibrada
Comer bien es clave. No se trata de hacer dietas estrictas, sino de tener una alimentación variada, ligera y sin excesos.
- Comer frutas y verduras frescas todos los días.
- Elegir cereales integrales.
- Evitar el azúcar y los dulces.
- Reducir las frituras y comidas procesadas.
- Tomar agua en lugar de refrescos.
Es muy útil planificar las comidas con un nutricionista, especialmente si hay otros problemas de salud como hipertensión o colesterol.
Mantenerse activo, dentro de lo posible
No hace falta hacer deporte intenso. Basta con caminar 20 o 30 minutos al día, moverse por la casa, subir escaleras, hacer estiramientos o ejercicios suaves.
El movimiento ayuda a reducir el azúcar en sangre, mejora la circulación, fortalece los músculos y mejora el estado de ánimo.
Controlar el azúcar con regularidad
Es muy importante seguir las indicaciones del médico para medir la glucosa con frecuencia. Esto permite:
- Saber si el tratamiento funciona.
- Ajustar la medicación si es necesario.
- Evitar picos de azúcar muy altos o bajones peligrosos.
Si la persona mayor no puede medirse sola, un cuidador o familiar puede ayudarle.
Seguir el tratamiento médico
La diabetes muchas veces requiere medicación diaria. A veces pastillas, otras veces insulina. Hay que tomar los medicamentos en el horario indicado y no saltarse la dosis.
Revisar pies, ojos y dientes
La diabetes afecta la circulación y puede causar problemas en los pies (heridas, úlceras), en la vista o en las encías. Por eso es importante:
- Revisar los pies y usar calzado cómodo.
- Hacerse controles de la vista una vez al año.
- Mantener una buena higiene bucal.
Cualquier cambio debe consultarse con el médico cuanto antes.
Resumiendo, la diabetes en personas mayores es algo muy común, pero no tiene por qué ser un problema grave si se controla bien. Con una alimentación adecuada, algo de ejercicio, medicación y revisiones periódicas, se puede llevar una vida tranquila y activa.
La clave está en conocer la enfermedad, actuar con tiempo y contar con el apoyo de profesionales y seres queridos. Porque cuidar de nuestros mayores es también cuidar de su calidad de vida.
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